miércoles, 7 de septiembre de 2011

Capitulo 16: Nuevo comienzo

Luego de aquella noche en los bosques, las cosas se pusieron más raras de los que por si eran. Chelsea se quedo en la mansión con Rose y Alice. A los pocos días regresaron los demás a interrogarla. Querían saber si era segura su estadía en forks.

A mí, la verdad no me agradaba mucho. Es que, no se. Sencillamente algo acerca de ella no me cuadra.

Como lo esperaba, le dieron pase verde a Chelsea vivir momentáneamente en la mansión, siempre y cuando, se mantuviera alejada de los humanos… de la sangre humana. Carlisle y Esme le enseñaron todo lo que podían. Era como si estuviera criando a una niña, o en este caso educándola. Chelsea se adapto sorprendentemente bien a la vida sin sangre, las pocas veces que charlaba conmigo, me decía lo increíble que era vivir así y lo afortunada que era yo por tenerles.

De nuevo, no me cuadraba.

Cuatro meses después de su llegada, es decir, desde la noche en los bosques, Jake me súper protegía, me llevaba y recogía del instituto todos y cada unos de los días. No mentiré, esta parte de su llegada no era tan mala. Amaba pasar los días con Jake. ¿Y el instituto? Bueno, no fue tan aterrador como pensaba. Claro, me costó acostumbrarme al olor, pero con el tiempo se fue volviendo más fácil. A decir verdad, Claire me lo volvía fácil, era imposible que le hiciera daño a esa chica tan simpática que muy pronto se convirtió en mi mejor amiga. Aun recuerdo el día que le conté en la casa de su tía Emily sobre mi naturaleza…

Flashback

-----------------------------------------------------------------------------------estábamos sentada en la cocina/comedor estudiando. En realidad, ayudando a Claire a estudiar, cuando me percate de que estaba más silenciosa de lo normal.

Me le quede mirando un buen rato hasta que al final, la curiosidad me gano

Cerré mi libro con fuerza y dije

-Okay, desembucha…

Claire me miro confundida y dijo:

-¿Qué cosa?

-Lo que sea que te tiene tan pensativa. Vamos, dime.

-nada… es solo que, n-no… olvídalo.

-es sobre Quill?

Me miro por un instante a los ojos, con intensión de decir algo. Pero luego se mordió el labio, sacudió la cabeza y respondió.

-No… nada, solo olvídalo ¿okay Nessie?- y volvió a concentrarse en su lectura.

Tome su libro y lo puse en mi mochila.

-No, Claire cuéntame… ¿acaso no confías en mi? Algo te tiene mal, y quiero saber que es.

Sus ojos se volvieron cristalinos y me hablo.

-Vas a creer que enloquecí, que me pegue en la cabeza y comencé a tener alucinaciones.

Ya veía por donde iba esto.

-Claro que no, vamos Claire, soy yo... Puedes contarme lo que sea. –Le anime mientras tomaba su mano – Soy solo yo...tu mejor amiga – y le sonreí.

Inhalo profundamente varias veces tratando de serenarse y luego dijo:

- ¿Recuerdas aquel día de picnic? El día que te conocí.

- Como olvidarlo, ese día fue perfecto. Para ambas – dije mientras le guiñaba un ojo.

Se sonrojo.

-¿Lo recuerdas no?

-¿Que Quill te beso por primera vez? Sep.

Sus mejillas se tornaron rosa intenso.

-Ese día, luego de que Jake y tú se fueran, hable con Quill.

-Sí, le dijiste que no estaba lista… que estabas muy confundida. Lo se Claire, y que querías que continuaran como amigos ¿adónde quieres llegar con esto?

-Ya sé que ya lo sabes Ness. Lo que no sabes es que ayer…-miro a los lados, sus ojos se aguaron de nuevo- ayer…

-Tranquila, no hay nadie- “nadie que pueda oírte” corregí para mi misma pensando en los súper oídos de los muchachos.

-Prométeme, júrame… por lo que más quieras, que no le dirás a nadie… ni siquiera a Jake.

-Sí, sí, si… te lo juro, prometo y lo que quieras…

-¿Jake?

-No se lo diré, te lo prometo.

-Ness.

-Tienes mi palabra Claire, ahora cuéntame, me tienes los nervios de punta…

-Okay, sabes de sobra que amo a Quill con todas mis fuerzas, pero me confundía todo ese misterio de los viajes. Así que, ayer cuando vino a buscar a Emily para una reunión de no sé qué cosa… le pedí que se quedara.

Claire flashback (un flashback dentro de un flashback)

-¿te puedes quedar?, necesitamos hablar- tenía que acabar con esta tortura hoy mismo, no puedo verlo solo como amigo, pero…

-¿Emily?- dijo Quill interrumpiendo mis cavilaciones.

-Ehh, si quédate. Yo… yo les avisare a los demás.

El y Emily compartieron una mirada que no supe interpretar y luego Emily se fue, y el dijo.

-¿Qué sucede?... ¿te encuentras bien?

El siempre tan… tan interesado.

-No puedo con este mas misterio –le solté sin más ni más.

-¿Qué?- dijo haciéndose el tonto- ¿de qué misterio hablas?

Aghs… soy una persona muy tímida, pero tantas confusiones, secretos y salidas me estaban haciendo perder la paciencia… y la timidez.

- Sabes muy bien de que hablo Quill- dije mirando al suelo- no podemos seguir siendo amigos si no me cuentas todo, tal y como yo lo hago contigo- Y me eche a llorar, tenía muchos meses con esto en el pecho- ¿es que acaso no confías en mi?- dije mientras las lagrimas descendían por mi rostro sin control- yo... y-yo…

El cruzo la habitación anulando el espacio que nos separaba y me abrazo.

-No, no llores. Por favor no lo hagas- decía con desesperación mientras limpiaba las lagrimas de mi rostro.

Allí, donde sus manos me rozaban, un camino de ardor se encendía. ¿Cómo es posible sentir esto en este preciso momento?

Lo aleje de mí poniendo mis manos en su pecho, agradecida de que llevara camisa.

-Aléjate, no me lo pongas más difícil Quill.- y me di la vuelta.

-Pero, ¿dime entonces, que puedo hacer?… no puedo verte llorar Claire, me destroza verte así. Lo único en lo que puedo pensar cuando te veo así es en rodearte con mis brazos hasta que te calmes, en limpiar tus lagrimas con mis besos. En no soltarte nunca más.

¿Por qué? ¿Por qué tenía que decir eso? Me volví rápidamente y vacié todo lo que llevaba guardando desde el momento en el que me beso aquella única vez en la playa.

-calla. Por favor calla. Esas palabras me hacen aun más daños que las que no dices.

-Claire – dijo Quill con una mueca de dolor- es por tu bien que no te digo.

-¿POR MI BIEN?- grite- ¿te parece que estoy bien?- dije señalándome, no sé de donde había salido esta Claire tan segura.

Mis palabras hicieron reaccionar a Quill en segundos y nuevamente se encontraba abrazándome. Pero esta vez no lo aleje, solo lo abrace… lo abrace tan fuerte que creí que nos volveríamos uno. Lo abrace por cada abrazo que le había negado desde aquel día.

Estaba cansada de resistirme a tocarlo ya que cada roce que habíamos compartido desde aquel día en la playa, me hacían recordar el beso tan breve pero hermoso que me había dado. Por ese motivo evitaba a toda costa el contacto físico, me limitaba a verlo desde lejos. Era mi culpa esta tortura que vivía, yo misma me había impuesto lo de “ver pero no tocar” por mi desconfianza. Pero hoy, tan exhausta emocionalmente como estaba, me permití gozar de su abraso.

El tiempo pasó y finalmente deje de llorar, y Quill se dio cuenta.

-¿Ya estas mejor?- pregunto

-Si – dije mientras me separaba de él y me limpiaba las lágrimas con el dorso de mi mano – ya ha pasado.

El limpio una lágrima que había resbalado hasta mi barbilla, dejo la mano allí y me miro a los ojos. Cada vez que me miraba así, me hacía sentir como si fuera la única persona que él pudiera ver, y hoy no fue diferente. Sin pensar y presa del hechizo de sus ojos dije.

-Te amo tanto, que duele.- Oh, oh… ¿que había dicho?

-¿Que dijiste?- murmuro sorprendido

Genial, sencillamente genial. Mi estupidez no tiene límites.

-Nada- repuse rápidamente mientras me liberaba de su abraso y –literalmente- corría a la cocina. Aww, me lamente, por primera vez en mi vida, no vivir en un casa como la de Ness.

Ya de frente al lavado me serví un vaso de agua. Segundos después lo sentí rodearme la cintura y apoyar sus manos en la encimera, dejándome en una cárcel entre él y la encimera.

-Te tengo – dijo pegando su frente a mi cabello – ahora no podrás escapar. Contesta la pregunta.

-Déjame- forcejee inútilmente.

-No- murmuro en mi oreja – contéstame.

Su aliento hacía estragos en mí haciéndome sentir como gelatina. Me voltee para darle la mejor respuesta que pude dar en aquella situación.

-No- no era la gran cosa, pero de verdad mi cerebro y yo no dábamos para mas, Quill tenía su cuerpo muy cerca al mío y darme la vuelta no ayudo para nada a mi lógica.

-Quiero verte decirlo – dijo acercando peligrosamente su cara a la mía – vamos Claire – decía en mi oído – ya tu sabes de sobra lo que siento por ti. Solo… - me mordió el lóbulo – déjame – un beso en el cuello – oírte – finalizo mirándome los labios.

Esas caricias junto a sus palabras, me sobrepasaron.

-aunq-que… te ame no… - me puso un dedo sobre los labios.

-solo di esa palabra- dijo quitando su dedo, para luego apoyar esa mano en mi cuello.

A quien engaño, haría lo que fuera para complacerlo. Me rendí a mis sentimientos y me entregue a él.

-Te amo – dije a escasos centímetros de sus labios.

Quill enseguida me beso con ternura, al igual que en la playa, mi segundo beso. Esta vez me deje llevar y subí mis manos a su cabello.

Al parecer, esto causo que Quill me besara con más intensidad y menos ternura, era totalmente nuevo para mí pero me gusto. Tanto, que me acerque más a él, haciendo que Quill bajara su mano de mi cuello y comenzara un recorrido hasta la parte más baja de mi espalda, dejando un rastro de calor detrás. Cuando el aire se hizo necesario para una novata como yo, Quill beso mi cuello como todo un experto, logrando que su nombre escapara de mis labios.

El reacciono enseguida cegado por la pasión del momento y nos dio vuelta, haciendo que mi espalda se encontrara contra la pared, por lo que se me salió un gritillo de sorpresa. Esto despertó a Quill del trance en el que se encontraba y se separo.

-Y-yo… lo siento, me sobrepase… discúlpame- dijo, dando otro paso atrás asustado de lo que hacía hecho.

-No… -dije jadeando.

-Me voy – dijo sacudiendo la cabeza.

-Nooo- grite y lo atraje a mí de nuevo, coloque mis manos detrás de su cuello de manera que no pudiera irse- no te alejes – dije parándome de puntillas – no lo hagas – susurre en su oído. Y esta vez fui yo quien lo beso… el trato de separarse de nuevo, pero no lo deje, en cambio lo atraje aun más a mí y abrí la cárcel que mis manos habían formado en su cuello y las pase a su sedoso cabello. Como esperaba todo signo de resistencia se esfumo de Quill y me beso… y cuando digo me beso, me refiero a El Beso… fue intenso y delicioso. Yo nunca he besado a otro chico que no sea Quill, para comparar, pero el sí que sabía besar. Todo mi cuerpo vibraba y en cuanto pude respirar, su nombre broto de nuevo de mis labios hinchados.

- No sabes cómo he soñado con oírte decir mi nombre de esa forma, – dijo mientras sus manos se enredaban en mis cabellos y jadeaba en mi cuello- y mucho menos el efecto que tiene en mi.

-Tú no sabes las veces que he soñado que besaras de esta forma- confesé yo.

Pude sentir como se reía en mi cuello por su aliento y como yo cambiaba de color, no puedo creer que haya dicho eso en voz alta.

-¿así que te gusta? – pregunto mirándome.

Yo simplemente asentí mordiéndome el labio y me sonroje más.

-Aggg – medio rugió y dijo- eres tan dulce y sexy a la vez. Me matas- Dijo antes de besarme de nuevo.

¿Sexy? El me considera sexy... Esto me dio la confianza necesaria para hacer algo que hace mucho tiempo quería hacer. Baje una de las manos de su cabello, pasando por su cuello, luego tímidamente a sus hombros y allí me detuve un momento, dudando si hacerlo o no… ¿y si no le gustaba? Pero gano mi deseo así que seguí bajando lenta pero decididamente por su pecho hasta llegar a sus abdominales, y allí me deleite tocando sus marcados músculos, hasta me sorprendí a mí misma, levantando un poco su camisa para sentir su piel. Pude sentir también como allí, donde mi mano tocaba, sus músculos se tensaban, supuse que no le gustaba. Pero me equivocaba y mucho, porque se separo y dijo con voz ronca y sensual:

-Hmm, no me provoques.

Quill tomo entonces mi mano con la suya y nos presiono contra la pared. La mano que el tenia en mi cabello bajo pasando peligrosamente cerca de mi pecho hasta llegar a mi cintura, la cual acerco mas a la suya. “Fuego, la casa se quema” pensé… pero no, era yo. Estaba en llamas, todo era demasiado, y me debatía entre parar o seguir.

-Hmm- gemí cerrando los ojos

Elegí seguir.

-Quill, bésame – dije consumida por la pasión.

Y lo hizo, si pensaba que Quill era un experto besando hace unos momentos, ahora era un mismísimo dios. Por auto reflejo incline mi cara a un lado y esto hizo que el beso fuera aun más profundo e intenso. Soltó mi mano de su prisión contra la pared y la puse de nuevo en su vientre, no podía evitarlo. Solo que esta vez quería, necesitaba, sentir su piel bajo mis manos, así que poco a poco, nerviosa, agarre los extremos de su camisa y la fui subiendo por su musculoso torso hasta que el subió sus brazos y se la quito. Mis manos vagaron codiciosas por todas partes, su espalda, sus bíceps, su pecho, sus abdominales, sentí también los pasadores para correa de su pantalón y agarrándolo por allí acerque su cuerpo desnudo a mí. Quería sentir su piel contra la mía, el calor era tan intenso pero a la vez tan placentero. Y pronto comencé a notar como mi sexo palpitaba a la par con mi alocado corazón.

A este punto respirar era de vida o muerte así que Quill dejo mis labios y paso su atención a mi cuello, llenándolo de besos húmedos mientras yo, me concentraba en respirar. Quill dijo mi nombre un par de veces entre beso y beso y yo hacía lo mismo con el suyo. Quería mas, no estaba lo suficientemente cerca de él. Quería sentir ese calor abrasador por todo mi cuerpo. Yo sabía donde llegaríamos si seguíamos así, tenía miedo, claro, pero estaba lista, era Quill… y yo lo deseaba tanto. Me di cuenta en ese momento de lo húmeda que estaba mi ropa interior y sabía muy bien que era. “que no se dé cuenta” pensé.

Luego fue cuando sentí como su mano bajaba por mi pierna y se detenía en mi rodilla para luego enroscar su mano en torno a ella y llevarla a un lado de su cintura, luego sentí como pegaba su cuerpo totalmente al mío, estrujándome contra la pared permitiendo que sintiera cada curva de su cuerpo. Al mismo tiempo me percate de lo duro que tenía su miembro. Mire hacia abaja allí donde nuestros sexos de unían de la forma menos platónica posible, el contacto era tan placentero y raro a la vez. Quill miro hacia abajo también.

-Lo siento. S-si quieres parar lo entiendo- dijo jadeando mirándome a los ojos mientras despegaba su pelvis imponiendo una distancia entre aquel roce placentero.

Con la pierna que el mantenía a un lado de su cadera lo atraje de nuevo causando un roce aun más profundo al cual ambos respondimos con gemidos.

-No te alejes- dije mientras le daba un corto pero apasionado beso.

-¿Segura?- pregunto con los ojos cargados de pasión.

Solo pude asentir. En respuesta Quill me estrujo de nuevo contra la pared. Mis pechos se aplastaron contra el pecho de él y allí fue cuando me di cuenta de lo firmes e hinchados que estaban mis pezones. Al mismo tiempo que yo me di cuenta lo hizo Quill. Con la mano que sostenía mi pierna inicio un lento recorrido pasando por mis muslos, mi trasero, cintura y eventualmente mis pechos. Me quede paralizada un instante al sentir como los masajeaba y apretaba dulcemente pero pronto descubrí lo asombrosamente bien que se sentía. Quill me beso una vez más… poco a poco se abrió paso entre mis labios y metió su lengua. Esto, al igual que todo lo que sucedía era nuevo y excitante. Pronto me vi a mi misma rozando su lengua con la mía e iniciando una danza en la cual ninguno de los dos quería perder.

Nuevamente respirar se hizo necesario así que tuvimos que separarnos, juntamos nuestras frentes y nos calentamos el rostro mutuamente con nuestros alientos. Pronto la cercanía que teníamos se me hizo pequeña así que haciendo uso de la recién adquirida confianza, me impulse y coloque la pierna en la cual me apoyaba y la puse al otro lado de la cadera de Quill. Esto permitió que mi sexo se encontrara justo sobre el miembro de Quill y por auto reflejo me frote contra él. Me había convertido en una especie de animal que actuaba por instinto. Quill rugió entre dientes y luego sin pudor alguno puso ambas manos en mi trasero y me froto aun mas fuerte sobre su miembro logrando arrancar gemidos tanto suyos como mío. El calor se había vuelto increíblemente sofocante y mi ya de por si húmedo centro se volvió prácticamente liquido. “Que no se dé cuenta” pensé de nuevo. En ese preciso momento Quill olfateo el aire…

-Dios Claire – dijo con voz ronca mientras me recostaba contra la pared de nuevo – estas tan húmeda.

-y-yo… lo siento, ¿eso es malo?

-no te disculpes pequeña, no nada malo. Me enorgullece que he logrado ponerte así con un solo un par de caricias.

-¿Solo un par? – le pregunte sofocada al imaginarme lo que él podría hacerme.

-Si –respondió con su sonrisa torcida- aun tengo un par más bajo la manga.

Yo me sonroje ante la idea pero aun así le responde.

-¿Qué manga? Ni siquiera tienes camisa – le dije mirando detenidamente su espectacular y musculoso pecho. Me mordí el labio inevitablemente.

El por su parte, pasó sus manos, una a cada lado de mi cuerpo, desde mis piernas hasta el cuello y lo hizo un par de veces más causando que temblara bajo su roce.

-Eres tan hermosa- dijo mirándome con deseo.

Paso sus manos una vez más desde mis piernas hasta mi cuello, solo que esta vez se llevaron deliberadamente con ellas mi camisa, y yo obedientemente levante mis brazos quedando totalmente desnuda para él.

-¿Diablos Claire, donde está tu brasier? – dijo con una voz áspera y sensual.

-No me gustan – admití acariciando su cabello con mis manos.

-Eres mi perdición, de veras que si- dijo para después pasar su atención a mis pechos --Son perfectos… grandes y proporcionados - gruño acunándolos con ambas manos.

Mis manos tomaron y retorcieron su cabello con fuerza cuando comenzó a masajearlos y apretarlos con fuerza. Cuando pellizco mis endurecidos pezones tome su boca y me sorprendí a mi misma cuando mordí su labio inferior, el por su parte intensificó las caricias, ocasionando que gimiera descontrolada.

-¿Te gusta Claire?

-Me encanta- jadee buscando un poco de aire.

Pronto la boca de Quill sustituyo sus manos e inicio pequeñas lamidas sobre cada aureola de mis pechos. La respiración era cada vez más irregular con cada lamida y succión sobre mis duros pezones. Cuando sentí que iba a desfallecer de tanto placer que recibía, Quill me coloco sobre la encimera de la cocina. Temí que quisiera separarse de nuevo así que enrosque mis piernas a su alrededor.

-Tranquila, no me iré. No al menos que me lo pidas.

-S-si… - trate de terminar, pero no tenia aliento.

-¿quieres que me vaya?- soltó el.

-¡No! – le responde con el calor a mil- no, claro… que no…

-¿Entonces?- inquirió sensualmente mientras colocaba besos húmedos en mi cuello

-q-que… -q-q-que si quieres, vamos a mi cuarto – mi cara seguro paso de un rosa a un rojo intenso en segundos.

-Pensé que nunca me lo pedirías… - bromeo guiñándome un ojo, incluso en estos momentos el podía hacer bromas.

Me tomo en brazos volviendo a la posición de hace unos momentos y me acerco lo más posible a su cuerpo.

-Te amo Claire… -dijo mientras caminamos – te quiero más que a mi propia vida.

-Yo también te amo Quill. Y pronto serás el hombre de mi vida, para siempre.

-Para siempre – juro él.

Cuando íbamos a medio camino a mi cuarto, en el segundo piso, Quill me coloco con cuidado en el suelo y miro a los lados.

-¿Qué sucede Quill? – pregunte asustada.

-Los chicos vienen para acá – declaro con desanimo.

-¿Quee? – corrí abajo a ponerme la camisa al comprender sus palabras, me acomode el cabello como pude y mire por las ventanas de la cocina – yo no veo a nadie Quill.

-Créeme ahí están –dijo con rabia.

-Quill – dije con miedo mientras lo abrazaba – no se pueden enterar de esto y mucho menos Emily… me mataría.

-¿No se pueden enterar de que, precisamente?-inquirió.

-De… t-tu sabes – conteste ruborizada.

-¿De qué somos pareja? – dijo levantando una ceja.

-¿Lo somos? – Pregunte con entusiasmo.

-Sí, claro… si tú quieres. –dijo bajando la cabeza.

-Mírame – dije tomando su rostro entre mis manos – Nada, absolutamente nada en el mundo, me haría más feliz –y le plante un beso frenético en los labios al cual él respondió con la misma intensidad. De nuevo nos vimos encerrados en una burbuja de pasión pues enseguida comenzaron las caricias íntimas. Quill fue el primero en entrar en razón.

-por más que quiera segur – dijo con dificultad – tenemos que parar, los chicos están a pocos kilómetros.

-¿Kilómetros? – Lo mire extrañada- ¿Cómo que a kilómetros?

Quill miro a los lado incomodo y contesto.

-¿recuerdas aquello que querías que te contara?.

“Vagamente” pensé.

-Si- responde inmediatamente aunque en lo único que podía pensar era en mi sangre hirviente.

-Pues, soy el mismo Quill de hace unos minutos, recuérdalo… por favor, recuérdalo amor mío.

-¿de qué hablas Quill?

-es más fácil mostrártelo, que explicarlo Claire. No me temas, soy el mismo. Te amo – dijo mientras se desabrochaba el pantalón.

-Eh, no sé de qué va la cosa… pero, si los chicos vienen, no creo que sea buena idea que estés sin pantalones.

Sin hacerme caso, me dio la espalda y se saco los pantalones y los tiró en la sala.

-¿Qué haces? – pregunte notablemente sonrojada. Tenía un trasero Perfecto.

-Solo, recuerda lo que te dije Claire.

Y sin más, su cuerpo comenzó a sufrir bruscos espasmos. y donde hace unos segundo se encontraba el chico de mi vida, ahora, estaba un lobo enorme color chocolate. No lo podía creer. Me frote los ojos y volví a enfocar la vista, pero solo estaba el lobo. Di dos pasos hacia atrás. Quería huir, correr, gritar, llorar y mucho mas. El lobo dio los mismos pasos hacia mí y lanzo un leve quejido, se acostó y aunque aun era enorme era un poco menos amenazante. Sus grandes ojos me atraparon en un instante de curiosidad por mi parte. ¿Qué estaba pasando? ¿Quil es un lobo? Me pregunte a mí misma. Me atreví a dar un par de pasos en su dirección. El lobo se quedo estático, mirándome con esos ojos tan familiares. De repente todo fue tan claro como el agua. Imágenes de las historias que contaban todos en la reserva, los chicos y sus salidas, Emily preocupada, grandes sentidos y fuerza.

-¿Quil? – pregunte

En respuesta tuve un asentimiento.

-Quilll - grite y me lance sobre el gran lobo.

Quil solo me dejo acariciarlo y luego me toco con su enorme y fría nariz.

-¿Qué pasa? – le pregunte.

El solo se limito a levantarse y con ayuda de su osico me puso de espaldas a él.

-Heyy – le reclame – mientras me daba vuelta de nuevo.

Escuche un bufido y seguidamente Quill me ponía de espaldas, de nuevo. Pude observar como rodaba los ojos.

-¿Y se supone que me te doy la espalda para…? –Deje la pregunta al aire.

-Para que no me veas totalmente desnudo – respondió Quill con voz juguetona mientras me abrazaba por detrás.

-no me falta mucho ahora que lo pienso – le dije a la vez que me daba la vuelta para abrazarlo.

-¿no te asusto? – inquirió preocupado.

-¿Te parece que estoy asustada? – dije mientras lo besaba el hombro aun desnudo.

-No, me parece que estas es traviesa – respondió haciéndome cosquillas.

-Yaa.. paraaa… -logre decir entre risas.

-Vale, serios. ¿No estás asustada o inquieta? De verdad Claire.

-Nop, ahora lo entiendo todo.

Fin del flashback

-¿Tú y Quill estuvieron a punto de…? - deje la pregunta al aire, mientras trataba de quitar las imágenes de mi mente y controlar el sonrojo.

-¿Es lo único que has escuchado Ness? – inquirió Claire claramente avergonzada.

-Sí, – no puedo creer que mi Claire estuvo a punto de… - ¿qué otra cosa querías que escuchara? Esa no es una información precisamente fácil de ignorar.

-Ness, Quill es un lobo… un lobo. – decía con asombro.

-¿sí? – ¿aja y? me pregunte a mi misma… y allí fue cuando mi yo interior se cacheteo a mí misma. Ella sabía lo que eran ellos, no lo que era yo.

-Claro, tú debes saberlo desde hace tiempo. Al fin y al cabo tu estas con Jake. – dijo con un poco de tristeza.

-Lo siento Claire. Pero es un secreto que solo ellos pueden decidir si compartir o no. Si tu hubieses estado en mi posición, habrías echo lo mismo. Te lo aseguro.

-Sí, tienes razón. – Acordó conmigo – lo raro y súper natural se me da bien – bromeo.

Okay, nunca tendría una oportunidad como esta para decírselo.

-Hablando de licántropos y lo súper natural… sabes algo chistoso Claire?

-Ehh, no… ¿Qué? – Pregunto con desconfianza - ¿ahora me dirás que eres una vampira? Jajajja- bromeo.

- ja, ja, ja – me reí sin ánimos – no exactamente.

Claire me miro expectante.

-soy una hibrida, toda mi familia a excepción de Charlie son vampiros, yo soy mitad vampira, mitad humana.

------------------------------------------------------------------------------------Fin del flash back de Nessie.

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